Esta semana se ha difundido en medios la reclamación que la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) presentó al youtuber alemán, asentado en Colombia, Dominic Wolf, solicitándole que dejara de usar la camiseta de la Selección Colombia.
He visto a Dominic; como buen alemán, es estricto, respetuoso y preciso al hablar bien de Colombia. Seguidores de todo el mundo lo ven; un promotor del país que aligera el estigma que nos persigue. Mi desconcierto con la FCF era total; como abogado especialista en Propiedad Intelectual y Competencia, consideraba que el uso de la camiseta por parte de Dominic en sus videos no era ilegal y, por el contrario, la FCF debería estar agradecida por la promoción que le hacía Dominic.
Bajo las normas que regulan la protección de las marcas comerciales (Decisión 486, artículo 157), un uso meramente referencial de la marca, en este caso, como elemento de la identidad colombiana, está permitido. El alemán, en mi concepto, hacía un uso de buena fe de la marca y no había lugar a confusión alguna, por lo que la FCF no podía impedir el uso de la camiseta a Dominic.
Mi indignación era total; estaba listo para escribir un artículo de apoyo a Dominic, y asistir sin costo al Youtuber en su defensa. Quería ponerme la camiseta, subir mis fotos en redes y desafiar a la FCF a que me reclamara a mí; yo me defiendo solo, me decía. Mi desconcierto no era solitario; la embajadora de Alemania en Colombia, Marian Schuegraf, trinó indignada en su cuenta de Twitter: “¡Espero que no me quiten mi camiseta de la selección! ¡Ánimo, Dominic!”, y, desafiante como yo, subió a su cuenta una foto con la camisa de la selección. Esto ya era un conflicto internacional.
Preparando el artículo en defensa de Dominic, las cosas dieron un vuelco. Creo que el alemán no había sido tan riguroso, había algo de “victimismo”. Hay serios indicios de que Dominic estaría recibiendo remuneración directa de los anunciantes. Uno de esos anunciantes era la cerveza ANDINA. El alemán, la camiseta y Andina, se “fundían” en un solo mensaje, que los cientos de seguidores de Dominic asociaban a la Selección Colombia.
Esa asociación no autorizada es lo que en el mercado se llama Ambush Marketing o “mercadeo parasitario”, en el que el anunciante busca asociar su imagen a un evento o asociación reconocida, generalmente deportiva, y generar en el público una relación mental entre este y la marca anunciada. Cuando la marca se usa bajo tal idea de asociación, deja de cumplir una finalidad meramente referencial. El alemán, con su rigurosidad, debía saber que esa era la intención del anunciante, lo que además de ser una infracción de marca, es un acto parasitario de competencia desleal en contra de la FCF.
Así, ni la embajadora ni yo tenemos que quitarnos la camiseta porque claramente no estamos buscando una asociación con nuestra querida selección. Dominic sí lo tendrá que hacer cuando sus videos se relacionan o promuevan productos de terceros. Piénsese en cuánto ha gastado e invertido Cerveza Águila para que su imagen se asocie con la selección y las pasiones que esta despierta, para que ahora venga la competencia a aprovecharse de ese reconocimiento por medio del Youtuber, y sin autorización de la FCF. Hay mala fe, la infracción existe, y el alemán debe quitarse la camiseta.
JUAN CARLOS TORRES IBARRA
Agosto, 2023
jctorres@buriticaabogados.com